«La creencia de que la propia visión de la realidad es la única realidad,
es el más peligroso de todos los delirios» (Paul Watzlawick)
Terapia Psicodramática
Terapia Sistémica
Terapia EMDR
Cognitivo-Conductual
Terapia Psicodramática
Terapia Sistémica
Terapia EMDR
Cognitivo-Conductual
El psicodrama es una forma de terapia que se sirve de la representación para explorar y resolver conflictos, utilizando la acción y la escenificación como motor para ello. A diferencia de otras terapias que utilizan la palabra como eje central, el Psicodrama promueve la expresión del cuerpo y lo gestual, de lo simbólico. La acción se complementa con una elaboración racional de lo emocional, que hace posible revisar lo que se da por sentado, plantearse alternativas y adquirir nuevos recursos y roles que promuevan el cambio y el crecimiento personal.
Al permitir explorar múltiples dimensiones, como la cognitiva, la emocional y la social y llevarlas a la acción y al movimiento permite evidenciar algunas situaciones que, de otra manera, serían más complicadas de identificar. Al pasar de “hablar sobre” a la acción surgen oportunidades para sanar el pasado, clarificar el presente y proyectar el futuro.
Se trabaja desde lo corporal, las imágenes y lo simbólico para integrar la identidad de la persona desde las tres áreas principales como son la mente, el cuerpo y el ambiente.
Ofrece la oportunidad de reflexionar sobre el problema y de explorar las causas.
La persona se convierte en una parte activa del tratamiento, y empieza a tomar conciencia.
Se descubren otros modos de estar en el mundo.
Favorece la expresión emocional y autoconocimiento.
Se exploran y trabajan diferentes roles.
Permite trabajar con imágenes y desde lo simbólico
Facilita el entendimiento de los propios sentimientos y los de los demás.
Brinda la oportunidad de ensayar nuevas formas de enfrentarse a problemas.
Ayuda a resolver conflictos internos y mejorar las relaciones interpersonales.
La persona durante sesión habla de lo que le sucede y siente, y de su discurso surge un tema a trabajar durante la sesión.
Se aborda el tema a tratar y se ponen en marcha las técnicas adecuadas para representarlo.
La persona reflexiona sobre lo que ha trabajado y ha comprendido y sentido, pudiendo elaborar lo expresado incluso después de terminar la sesión.
El modelo sistémico concibe a la familia como un sistema en el que el comportamiento de un miembro no se puede entender de manera aislada, independiente de lo que hace el resto. Las dificultades suelen ser resultado de cómo interactúan entre sí los miembros de la familia a lo largo del ciclo vital y los síntomas aparecen para pedir los cambios necesarios, para que cada miembro de la familia pueda desarrollarse plenamente a la vez que la familia como un todo funcione.
En general se puede decir que tiene en cuenta tres aspectos del funcionamiento familiar:
El modelo sistémico concibe a la familia como un sistema en el que el comportamiento de un miembro no se puede entender de manera aislada, independiente de lo que hace el resto. Las dificultades suelen ser resultado de cómo interactúan entre sí los miembros de la familia a lo largo del ciclo vital y los síntomas aparecen para pedir los cambios necesarios, para que cada miembro de la familia pueda desarrollarse plenamente a la vez que la familia como un todo funcione.
En general se puede decir que tiene en cuenta tres aspectos del funcionamiento familiar:
La estructura de la familia.
Cómo se regulan
Cómo se comunican los miembros entre sí.
El objetivo terapéutico es cambiar el funcionamiento familiar que provoca sufrimiento, síntomas o estancamiento, cuestionar los límites que se han ido creando entre los subsistemas (hijos, padres, abuelos, hermanos, etc.) y las jerarquías (poder y autoridad), para adecuar las soluciones a las necesidades de la familia.
Se pretende que, al desarrollar nuevas formas de relacionarse y comunicarse, se descubran nuevas soluciones y que la familia ponga en marcha nuevas alternativas, recursos y caminos.
Como profesionales, mediamos y facilitamos el proceso de cambio, entendiendo que cada familia lo hace lo mejor que puede, cuenta con una historia propia y unos objetivos.
El EMDR es un tratamiento orientado al trauma y numerosas patologías avalado por numerosos estudios científicos. Trabaja sobre los recuerdos, pero también sobre el presente y el pasado y ayuda al paciente a reprocesar información.
Desde la perspectiva del EMDR los problemas psicológicos se generan en experiencias no asimiladas. En ocasiones, los problemas nos generan emociones tan intensas, que nuestro cerebro no puede absorber la información, y está se queda bloqueada, atascada en el sistema nervioso.
Muchas veces estos sucesos pueden quedar almacenados en la memoria, aunque hayamos dejado de pensar en ellos o de darle vueltas al tema. Un tiempo después (pueden ser incluso muchos años) puede pasar algo, a veces insignificante, que dispara de nuevo todos estos recuerdos, emociones o sensaciones físicas. Podemos ver claramente la conexión entre ambas cosas, o no ser en absoluto conscientes de ello.
El concepto de trauma que se maneja en EMDR no se refiere únicamente a accidentes o problemas extremadamente graves. Hablamos de experiencias vitales adversas, de circunstancias cotidianas, que por diversos motivos siguen marcándonos a pesar del paso de los años.
Lo que hace EMDR es activar el sistema innato de procesamiento de la información del cerebro, esto es, la capacidad de autocuración que nuestra mente tiene. El paciente y el terapeuta localizarán las experiencias clave que se conectan con el problema actual, accederán a esos recuerdos y las creencias, emociones y sensaciones que los acompañan, y ayudarán al cerebro a desbloquear esa información, procesarla e integrarla. Se usan muchos elementos, pero uno de ellos son los movimientos oculares, los sonidos bilaterales o estimulación táctil alternante.
La terapia Cognitivo-conductual es una terapia psicológica que consiste en entender cómo piensa uno acerca de sí mismo, de otras personas y del mundo que le rodea, y cómo lo que uno hace afecta a sus pensamientos y sentimientos. La TCC le puede ayudar a cambiar la forma cómo piensa («cognitivo») y cómo actúa («conductual»).
La idea principal de esta terapia es que nuestros pensamientos tienen un papel fundamental en nuestras emociones y nuestros comportamientos. Los pensamientos, sentimientos y las acciones pueden dar lugar a comportamientos negativos y sumergirnos en un círculo vicioso (y negativo) que pueden, a su vez, afectarnos en los distintos ámbitos de nuestra vida (laboral, social, familiar)
La terapia cognitivo-conductual pretende que el individuo, en vez de estar sumido en estos patrones de pensamientos negativos, adquiera otras reacciones racionales para romper con este círculo vicioso.
Según este enfoque no es la situación la que determina como nos sentimos y cómo actuamos, sino nuestro pensamiento acerca de ella y nuestra manera de vivirla.
